#ElPerúQueQueremos

La carta de Crousillat (Transcripción original de lectura)

Publicado: 2011-08-22

“Lima, 20 de agosto del 2011

Beto:

Me animo a escribirte esta carta porque se de tu profesionalismo y por que se que leerás este documento sinceramente, de cara a la verdad. Además por ser la única forma permitida sin que esto acarree un perjuicio sancionable dentro de las normas penitenciarias.

Como muy bien sabes llevo casi siete años preso y tú eres testigo directo de ello.

Te quiero contar que lamentablemente cuando uno pierde la libertad tus seres queridos pierden parte de la suya y el dolor que acarrea esta responsabilidad, es el sentimiento más fuerte que puede tener un preso.

Ver venir a mi madre con sus 74 años visita tras visita, ver cargar a mi mujer las bolsas con ropa limpia y comida para mi, son imágenes que nunca creí ver, perderme el crecimiento de mis hijos y no acompañarlos en cada uno de sus momentos, escuchar a mis hermanas conversar disimulando su tristeza,  es inevitable sentir un flechazo en el corazón y son razones sobradas para sentir y saber que me equivoque. Vivo día a día y minuto a minuto arrepentido por haber tirado tantos años de  esfuerzo por la borda por un momento de debilidad e inmadurez.

Pero Beto tu más que nadie sabe que las historias se escriben muchas veces acomodadas y aumentadas a intereses personales, te aseguro que el día que te pueda contar mi historia completa, cambiara la percepción casi generalizada que existe hacia mí y hacia ese momento de mi propia historia.

Como tantas personas de buena intención y buena fe privadas de su libertad, sueño con el día que llegue mi segunda oportunidad, uno aprende a valorar detalles a los que generalmente  nunca prestamos atención. Quisiera dormir en mi cama y que mis hijos se tiren encima mío, quisiera poder mojarme los pies en el mar de la mano con mi mujer, quisiera poder ser libre, siento que se me acaba el aire, ya me es muy difícil ser fuerte, pero por lo menos todavía puedo disimularlo.

No me interesa para nada mostrarte documentos, yo no vivo de documentos, si estoy triste me apapachan mis seres queridos, si tengo hambre espero la hora de comer, si tengo frio me pongo una colcha  en la espalda. A pesar de todo el dolor que siento existen cosas que reconfortan mis días. Encontré gente y familias que sufren en paralelo, pero tambien encontré confraternidad, cariño, compañerismo y descubrí amigos que me hubiese gustado conocer mucho antes.

Sufro una lesión de hombro, causante del alboroto que se armo. Y que  te quiero contar:

A partir de una caída, perdí parte de la movilidad del brazo derecho y comencé a sufrir de fuertes dolores. Mi primera actitud fue sabiendo lo difícil que es padecer una enfermedad en la cárcel, fui al tópico y pedí que me inyecten anti inflamatorios y algo para el dolor, pero a partir de ese día era muy difícil dormir, hasta que hable con el Dr. Del penal y solicite una junta médica. Después de unas semanas me incluyeron en la junta y determinaron que por la característica de la lesión necesitaba una ecografía y evaluación de un especialista en la materia, a partir de eso fui autorizado para obtener una cita en la clínica donde tengo mi seguro.

Unos días después fui trasladado a la clínica en nuestra querida ambulancia de 600.000, kilómetros de recorrido, y digo querida sin cacha, “cuantos reportajes injustos habrá evitado en su larga trayectoria”.

El traumatólogo ordeno una ecografía inmediata, la cual  mostro “desgarro muscular” y me consiguieron cita con la terapista una semana después.

Ya una vez en mi cita me indicaron una terapia de tres veces por semana.

Y le comente que era imposible conociendo las limitaciones que tenemos en un penal.

Pasaron diez terapias, diez lunes, pero mi hombro seguía tan adolorido como el primer día. Mi traumatólogo ordeno entonces una resonancia, que arrojo además desagarro de tendón. Me enviaron diez terapias más, de las cuales ya tuve dos.

El día Lunes 15 de Agosto llego la hora de salir a mi terapia, me llamaron, el resguardo policial había llegado. Me llevaron con mi bolsa de hielo, luego tan cuestionada, obviamente dentro de otra bolsa para que no mojarme la ropa. Cuando me avisaron que lamentablemente la ambulancia salió de emergencia al Hospital Dos de Mayo. Fue entonces que me dieron autorización para ir en un carro particular, gesto que en ese momento me pareció humano.

El efectivo policial en la sala de documentos había enfundado su arma reglamentaria, me instruyo y dijo, lo último que debemos hacer es llamar la atención, tú siempre desplázate adelante, por lo que tuve  que parar el taxi . Fuimos directamente a la sucursal de la clínica en la molina, nos paro un grupo de policías en un operativo, le pusieron una multa al taxista por tocar bocina. Luego pasado el incidente continuamos, realice mi terapia y regrese de la misma manera en otro auto particular.

Llegue a la puerta del penal acordándome de que mi custodio siempre debía estar atrás, toco el timbre ante el acecho del camarógrafo. Un sin número de imágenes llenaron mi mente. Lamentablemente el timbre no funcionaba, el custodio grito: DILIGENCIA HOSPITALARIA y yo golpee la puerta. No sabes la angustia que sentí,  además te confieso que me puse la bolsa de hielo en el hombro sano y agarraba mi bolsa con remedios en el afectado producto de que mi cabeza funcionaba tan rápido, que no me daba posibilidad de reaccionar.

Para terminar quiero decirte que el sistema es perverso con los funcionarios. A ellos les entregan un auto que no da más, un tópico con muy pocos recursos, etc., etc., pero luego a la hora de pedirle cuentas, lo hacen como si les hubiesen dado una institución en Suiza. Y es ahí en donde la cabeza en bandeja de plata aquieta al circo romano.

Ojala nuestro nuevo Presidente  empiece a trabajar Apartir de la dura realidad que existen en nuestras instituciones.

Miles de abrazos y sigue dando cátedra.


Escrito por

Gusanaciega

Periodista, aprendiz constante. Amo los sábados, música, cine, literatura, futbol, toffees, fetuccini y vino. Acabo de publicar NICEAS, mi 1er libro de poesía


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Periodista, aprendiz constante. Amo los sábados, música, cine, literatura y futbol.